Por SANDRA RUIZ URKIDI | OVIEDO
En España se habla de que «faltan médicos», y no se conoce la causa. Bueno, eso dicen. El examen MIR es la forma que tienen los médicos españoles de acceder a su formación hospitalaria, llamada Residencia. Así, dependiendo de su calificación global, podrán elegir qué especialidad cursarán y en qué hospital lo harán. Para ello, a finales de enero, cada año acuden en masa, y tras cinco horas de preguntas test, su futuro pende de un hilo.
El MIR es el obstáculo final en la carrera de un médico,
pero este año el obstáculo ha cambiado. Se ha hecho gigante.
Los datos de inscritos al examen se acaban de hacer públicos, y
se han incrementado en un 21,17 por ciento . En el año 2007, los
inscritos fueron 10.767. En el 2008 fueron 11.325. Este año son
13.722.
Evidentemente, los médicos españoles no se han multiplicado.
Así que no sorprenden cifras como que, de esos inscritos, españoles
sean solo un 51,19 por ciento. Las plazas ofertadas son 6.948, por lo que está claro
que muchos médicos no podrán empezar la residencia este año.
Ya ni hablar de elegir una especialidad que sea de su gusto. Dentro de las
plazas ofertadas, el Estado español cuenta con un cupo para extranjeros.
Pero hay mil maneras diferentes de que un extranjero entre en el cupo normal
(un simple visado de estudiante te lo garantiza), y para comprobarlo sólo
hace falta ir cualquier tarde a las urgencias de cualquier hospital, y ver
que la mitad de los residentes de guardia no son españoles.
Por regla general, el expediente académico de un médico extranjero (procedentes de Suramérica en su mayor parte) suele ser mayor que el de un español. Esto quiere decir que, con un examen idéntico, el dueño del mayor expediente elegirá plaza antes que su homónimo en el examen.
Aquí no hablamos de racismo, como se viene comentando hace ya tiempo. Aquí hablamos de personas que terminan su formación en España y vuelven a sus países, dejándonos con la famosa carencia de especialistas. Es evidente, por lo tanto, que algo falla.
El resto de países del mundo, como ejemplo evidente Estados Unidos, hace casi imposible el acceso a su formación médica. Sólo llegan a ella los mejores, por lo que su sistema sanitario se nutre de lo mejor de países extranjeros.
En España, tenemos la suerte de contar con uno de los mejores
programas de formación médica especializada del mundo, y
además el acceso a ella es fácil. Es evidente que los extranjeros
lo saben, y se están aprovechando. ¿Quién no lo haría?
Madrid (25-11-09).- En España se habla de que “faltan médicos” y no se conoce la causa. Bueno, eso dicen. El examen MIR es la forma que tienen los médicos españoles de acceder a su formación hospitalaria llamada residencia. Así, dependiendo de su calificación tanto en el expediente universitario como de la calificación de este examen, podrán elegir qué especialidad cursarán, y en qué hospital lo harán.
Para ello, a finales de enero, cada año acuden en masa, y tras cinco horas de preguntas test, su futuro pende de un hilo. El MIR es el obstáculo final en la carrera de un médico que empieza ya en el instituto y en la selectividad, intentando sobresalir ante los demás sólo para poder estudiar la carrera que le gusta.
Pero este año el obstáculo ha cambiado. Se ha hecho gigante. Los datos de inscritos al examen se acaban de hacer públicos y se han incrementado en un 21,17 por ciento. En el año 2007 los inscritos fueron 10.767. En el 2008 fueron 11.325. Este año son 13.722.
Evidentemente, los médicos españoles no se han multiplicado. Así que no sorprenden cifras como que de esos inscritos, españoles sean solo un 51,19 por ciento. Las plazas ofertadas son 6.948, por lo que está claro que muchos médicos no podrán empezar la residencia este año. Ya ni hablar de elegir una especialidad que sea de su gusto.
Dentro de las plazas ofertadas España cuenta con un cupo para extranjeros. Pero hay mil maneras diferentes de que un extranjero entre en el cupo normal, si no es por la doble nacionalidad es por el visado de estudiante, y un largo etc.
Por regla general, el expediente académico de un médico
extranjero suele ser mayor que el de un español. Esto quiere decir
que, con un examen idéntico, el dueño del mayor expediente
elegirá plaza antes que su homónimo en el examen. Aquí no
hablamos de racismo, como se viene comentando hace ya tiempo. Aquí hablamos
de personas que terminan su formación en España y vuelven
a sus países, dejándonos con la famosa “carencia de
médicos”.
Cada año, miles de personas se presentan al examen MIR para acceder a una plaza de formación hospitalaria especializada, pero este año los datos de inscritos al examen se han hecho públicos y se han incrementado el 21,17%. En el año 2007 los inscritos fueron 10.767; en el 2008 fueron 11.325; este año son 13.722. Evidentemente, aunque las plazas en las universidades han aumentado, no lo han hecho tanto. Así que no sorprenden tanto las cifras como que, de esos inscritos, españoles sean sólo el 51,19%.
Las plazas ofertadas son 6.948, por lo que está claro que muchos médicos no podrán empezar la residencia este año. Ya ni hablar de elegir una especialidad que sea de su gusto. Dentro de las plazas ofertadas, el Estado español cuenta con un cupo especial sólo para extranjeros, pero con un visado de estudiante éstos pueden acceder al cupo normal. Por regla general, el expediente académico de un médico extranjero (procedentes de Sudamérica en su mayor parte), suele ser mayor que el de un español. Esto quiere decir que, con un examen idéntico, el dueño del mayor expediente elegirá plaza antes.
Aquí no hablamos de racismo, como se viene comentando hace ya
tiempo. Aquí hablamos de personas que terminan su formación
en España y vuelven a sus países, dejándonos con
la famosa carencia de especialistas, ya sea porque no les renuevan el
visado de trabajo o porque en sus países les espera un futuro mejor.
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